Nuestro Equipo de Trabajo

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lunes, 21 de diciembre de 2015

Bienvenida al Espíritu de la Navidad

     Con motivo de la celebración de la llegada del Espíritu de la Navidad, desde el portal EL MUNDO DEL MERCHANDISING, queremos ofrecerle información sobre esta tradición y además brindarles rituales que se pueden realizar para canalizar positivamente las energias.



Para muchos venezolanos celebrar la llegada del Espíritu de la Navidad se ha convertido en una tradición. Agradecimientos por los favores recibidos durante el año que culmina y nuevas peticiones para el que está por comenzar son algunos de los pasos incluidos dentro del especial ritual de bienvenida. Conozca la historia y los detalles que alberga esta particular fiesta navideña. 

Hoy se celebra el día del Espíritu de la Navidad, mítico personaje procedente de otra galaxia, que -según reza la leyenda- visitó la Tierra hace más de 10.000 años. Este bondadoso anciano, de aspecto apacible, repartía regalos y bendiciones durante su recorrido por la península escandinava, lugar en el que, supuestamente, aterrizó un 21 de diciembre, fecha en la que también se festeja el inicio del solsticio de invierno.

Existen muchas creencias que se han tejido alrededor de esta tradicional fiesta nórdica, que más allá de ser propicia para elevar peticiones, incita a la reflexión espiritual. Aunque en Venezuela hasta hace muy poco tiempo sólo había cabida para el popular Niño Jesús y, por supuesto, para los Reyes Magos, la práctica del Espíritu de la Navidad se ha llevado a cabo durante más de nueve años, período en el que cada quien se ha dado a la tarea de adaptar los rituales tradicionales a sus gustos particulares: Mientras hay unos que sólo utilizan esencias de mandarina cuando se disponen a elevar individualmente sus solicitudes, existen otros -más espléndidos- que contemplan cenas grupales, incineración de viejas demandas cumplidas y hasta el empleo de coloridas velas, dotadas de significados especiales. Entre tanta variedad, sólo le queda escoger de qué manera abrirá las puertas de su hogar a esta energía celestial.

Muchas teorías circulan entorno a la verdadera historia del Espíritu de la Navidad; sin embargo, la más extendida se apoya en que el Maestro de la Natividad, como también se le llama al popular personaje, fue un viajero errante que llegó a la Tierra para revelar los secretos de otras galaxias. Ciertamente, la imagen original de este hombre dista mucho de la actual. Mientras en el pasado se creía que era un varón joven, delgado y fuerte, hoy se le asocia con un anciano, de aspecto bastante parecido al que ostenta el Santa Claus moderno. Lo único que no ha cambiado en este relato, con el paso de los años, es la naturaleza bondadosa de aquel individuo, que a su paso no hacía más que regalar oro y piedras preciosas, bienes espirituales de gran valor en aquellos tiempos en los que el mercantilismo aún no había echado raíces en el mundo.

Anualmente los germanos conmemoraban la llegada del Espíritu, que casualmente había aparecido un 21 de diciembre, fecha en la que se produce el solsticio de invierno, momento en el cual la Tierra se encuentra más alejada del Sol y, por ende, tiene lugar la noche más larga de todo el año. Con el tiempo, la tradición se fue extendiendo y el ritual se comenzó a ver como una posibilidad de recibir bendiciones, gracias a la conjunción de todas las energías positivas del Universo.

Aunque esta celebración pagana no es bien vista por la Iglesia Católica, es innegable el influjo que tiene en gran cantidad de países. Cada grupo posee una forma particular de recibir el Espíritu de la Navidad, incluso, los seguidores del movimiento de la Nueva Era y de otras corrientes relacionadas con la metafísica, han incluido el uso de cristales, piedras, velas y hasta de aceites esenciales. En Venezuela, las personas tienden a llevar a cabo la ceremonia con un nutrido grupo de familiares y amigos, que se reúnen para cenar el 21 de diciembre de cada año.

Luego de la comida, los invitados se congregan en un lugar específico de la casa (generalmente la sala) donde, más que festejar, se disponen a reflexionar sobre los comportamientos que han adoptado en el año que está por concluir. Esta oportunidad es propicia para pedir perdón a Dios por las fallas cometidas y disculpar a todos aquellos que, de una u otra manera, le han ofendido, pues despojarse de todo rencor es fundamental para que el espíritu se eleve y sean escuchadas las peticiones que están próximas a formularse.

Terminado el proceso de purificación, cada persona se arma con papel y lápiz y comienza a escribir sus solicitudes. Hay quienes son partidarios de no imponer límites en el número de pedidos, mientras que otros se inclinan por realizar sólo 21 demandas; independientemente de la elección, lo importante es que se planteen beneficios para el mundo, el país, la familia y los amigos cercanos, dejando en última instancia los favores personales.

Cuando se ha finalizado la lista, se cortan los papelitos correspondientes a cada petición y se guardan en una pequeña caja hasta el próximo año. Los deseos deberán ser quemados a medida que se vayan cumpliendo, aunque hay algunas personas que prefieren hacerlo en la ceremonia anual del Espíritu de la Navidad, para poder llevar a cabo una evaluación global de todo lo que han recibido durante el ciclo que finaliza.

La leyenda cuenta que el Espíritu desciende a la Tierra entre las 10:00 pm y unos minutos después de la medianoche. En todo momento las puertas y ventanas de las casas deben permanecer abiertas, para propiciar la entrada de las energías positivas que emanan del Universo. 



EL RITUAL

Tome medidas

  • Limpiar la casa el día anterior a la fiesta es indispensable para eliminar las cargas negativas que puedan estar acumuladas en el ambiente.
  • El uso de aceite esencial de mandarina es ideal, porque induce al pensamiento positivo, además de estar asociado con la prosperidad. También puede utilizar esencias de frutas tropicales, como mango o piña.
  • Vístase diferente. No hace falta que compre ropa nueva, basta con elaborar creativas combinaciones con prendas antiguas que tengan algún significado para usted. Sentirse bien consigo mismo le ayudará a elevar su espíritu.
  • Organice una cena previa con aquellos que estarán presentes en la celebración. Es usual que los distintos invitados preparen sus platillos favoritos, no sólo a modo de contribución, sino como un detalle especial para con los asistentes.
  • Emplee velas doradas, amarillas y rojas, además de varillas de incienso y una cesta con mandarinas para ambientar el espacio en el que tendrá lugar la ceremonia.
  • Si se inclina por realizar 21 peticiones, distribúyalas en grupos de 7, comenzando por Venezuela y el mundo, sus familiares y amigos y, finalmente, por su bienestar personal.



Oración de Bienvenida

Los grupos que rinden tributo al Maestro de la Natividad, usualmente elevan plegarias elaboradas con sus propias palabras, según sus creencias particulares. Sin embargo, para los que apenas están iniciándose en estas fiestas, se anexa un modelo que 
seguramente servirá de guía:
Te doy la bienvenida Santo Espíritu de la Navidad, que bajas a este planeta con la misión de dar. Te saludo, te reconozco y te bendigo; te doy las gracias por la maravillosa labor de amor, alegría y paz que realizas.

Abro las puertas de mi corazón y de mi hogar a tu radiación, y te reconozco como huésped privilegiado en el festejo. Demando, acepto, recibo y realizo una abundante provisión para mí, para mi familia, mis amigos y para toda la humanidad (En este momento debe pensar en sus peticiones de salud, prosperidad, abundancia, evolución espiritual y beneficios materiales).

Invoco la ley del perdón, la llama violeta transmutadora y la llama rosa de amor divino, para disolver con amor todo lo inarmonioso durante estas navidades en el planeta 
y en mi hogar. Luz a la tierra, de manera que la paz, el equilibrio, el bienestar y la alegría llenen mi vida y el mundo entero (Guarde silencio por un momento, mientras visualiza al planeta envuelto en una luz violeta y rosada. Finalice agradeciendo por todos los favores recibidos durante el año que culmina).

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